Incertidumbre en torno a la reserva Thomas Van der Hammen
La puja entre Bogotá y Cundinamarca en lo referente a la reserva Thomas Van der Hammen, tiene tanto de largo como de ancho. El Representante a la Cámara por Cundinamarca, José Edilberto Caicedo, en un fuerte debate en la comisión Quinta, rechazó firmemente la propuesta de Penalosa en urbanizar la reserva forestal indicando que » Van Der Hammen NO es de Peñalosa, es de la región y del país. Él sólo NO decide sobre ella», mientras Penalosa en sus redes sociales y en diferentes medios de comunicación, insiste en que esta zona es urbanizable.
Sin embargo, entre los dueños de la reserva surge con fuerza los que promueven la idea de urbanizar. Asodessco, por ejemplo, es una de esas organizaciones. Se trata de una asociación que agrupa a propietarios de predios en la reserva y en su zona de influencia, que creen que se puede construir y, a la vez, conservar. Es tal su convencimiento, que desde antes de que la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) reglamentara en 2011 la zona de protección, había presentado una iniciativa para urbanizar conservando los corredores que conectan los cerros orientales con el río Bogotá. Curiosamente, su propuesta es similar al plan que hoy presenta el alcalde Peñalosa cada que tiene que explicar su proyecto en el norte de la ciudad.
Para Patricia Gómez Castellanos, representante de Asodessco, “la reserva solo existe en el papel”. Además, sostiene, que si el Distrito va a comprar predios para proteger la reserva, la pregunta es ¿cuánto va a pagar por cada metro cuadrado? “Los propietarios, como colegios, universidades e industriales están hace años. Antes había planes para construir, ahora es reserva. Todo ha cambiado y es más complicado”.
Del otro lado hay propietarios como María Elena Anaya Maya, quien vive en la reserva hace más de 50 años. Ella es una de las voces que se han alzado contra la urbanización y que quieren que siga siendo área protegida, por su valor ambiental. Se ha enfrentado a Asodessco durante años en las decenas de reuniones de propietarios, en las que se ha discutido el futuro de la Van der Hammen.
El caso de María Elena Anaya, además de demostrar que hay propietarios que también le apuestan a la conservación, da cuenta de cómo las dudas que aún hay frente al uso de suelo en la zona, han dado pie a posibles irregularidades. Por ejemplo, en 2015 ella recibió el cobro del impuesto predial con sorpresa, pues el destino catastral del predio del que es copropietaria había cambiado de suelo protegido a comercio puntual. La razón: uno de los copropietarios había montado un negocio en su porción de terreno. Este cambio estaba prohibido a la luz de las normas que rigen la reserva. Después de las gestiones de Anaya Maya, Catastro finalmente corrigió la clasificación.
Pero este episodio, cree Anaya, es muestra de las irregularidades que posiblemente se han cometido en la reserva para cambiar usos de suelo, sobre todo, en medio de la incertidumbre que hay alrededor del futuro de la zona de protección. Entretanto, todos los interesados están a la expectativa de que se reafirme la protección o exista una propuesta oficial para levantar la restricción para construir.