«Conocer cosas que no han sido dichas y verdades que no han sido escuchadas de la Colombia profunda, es una prioridad”: Carlos Ospina
En un recorrido por Boyacá, Cundinamarca, Tolima y Huila, el comisionado Carlos Ospina y su equipo en territorio lideran los diálogos con víctimas, responsables, instituciones y sociedad en general.
En esta primera etapa, la Comisión escucha a la comunidad para tener un diagnóstico inicial y trabaja con los registros de universidades y organizaciones sociales. “Esto es fundamental para comenzar a realizar el esclarecimiento de la verdad, reconocimiento y la no repetición”, asegura el comisionado.
Asimismo, a nivel macroterritorial, se vienen priorizando casos que se tratan de manera confidencial. Un trabajo que implica dar a conocer cosas que no han sido dichas, verdades que no han sido escuchadas y en reconocer cuáles fueron los principales hechos de violencia, cuál fue el impacto que causó en la población y su sistematicidad en las regiones.
Además, espacios de diálogo y de articulación –con entidades estatales y privadas, comunidades, empresas y sociedad civil– permiten conocer casos de desaparición, desplazamiento y asesinato, así como la estigmatización que se generó en el territorio y por qué, de manera directa o indirecta, no se ha generado desarrollo en algunas poblaciones. Todos estos pasos trazan una ruta de investigación para cada uno de los departamentos que hacen parte de la Regional.
«El que nada debe, nada teme”
Estas fueron las palabras de Lucenis García, durante un encuentro en Campoalegre, Huila, quien relató cómo en el año 2009 fue abordada por miembros de la entonces guerrilla de las Farc quienes le reclamaron por no asistir a un encuentro. En dicha reunión informaron a la comunidad que, a partir de ese momento, las ordenes e instrucciones las darían ellos y que no podrían prestar atención a soldados del Ejército a quienes denominaban los “chulos”.
Lucenis asegura que, después de un enfrentamiento de más de dos horas, recibió una llamada que la obligó a salir junto con su esposo y sus cinco hijos, “apenas pudimos llevarnos la muda de ropa que traíamos puesta y nos tocó dejar atrás y en el olvido nuestra finca en Colombia, Huila”.
Sin embargo, en Campoalegre, municipio donde se refugió, logró recibir ayuda después de tres meses de luchar y sobrevivir en las calles. Hoy ostenta el título de presidenta de la Junta de Acción Comunal en el barrio San Martin, un lugar que ha recibido a numerosas víctimas de desplazamiento forzado.
«Este encuentro con la Comisión me genera tranquilidad y esperanza. El pueblo colombiano, mi barrio, mi familia y yo queremos conocer la verdad y sanar nuestras heridas: Lucenis García.
Luego de escuchar a las personas que sufrieron los estragos de la guerra, el paso a seguir será escuchar a quienes provocaron ese daño. “Vamos a escuchar a las víctimas y después a los victimarios. Pues esta tarea no solo se centra en saber qué hecho ocurrió y quién lo cometió, sino en también averiguar por qué sucedió”, puntualiza el comisionado Carlos Ospina.