En Cundinamarca, se captó la imagen de la panthera onca, el felino más grande de América y el tercero más grande en el mundo
Las cámaras instaladas por la Corporación Autónoma Regional (CAR) y el Proyecto de Conservación de Aguas y Tierras (ProCAT) registraron por primera vez la presencia de un adulto jaguar (panthera onca), el felino más grande de América y el tercero más grande en el mundo, en el departamento de Cundinamarca. El ejemplar se encontraba desplazándose por una senda de fauna previamente identificada, pero que por seguridad no revelan las autoridades.
El jaguar es una especie que está en grado de amenaza vulnerable (VU), debido a procesos de pérdida hábitat, cacería y conflictos con sistemas ganaderos, los cuales generan una presión sobre su hábitat natural. Según José Fernando González Maya PhD, director de PROCAT Colombia y copresidente del Grupo de Especialistas en Carnívoros Pequeños de la UICN, su hallazgo “es muy valioso pues indica que en el territorio hay condiciones ecológicas favorables de preservación y que los ecosistemas están en buen estado de salud y de conservación para que esté una especie de depredador grande”.
Néstor Franco González, director de la CAR Cundinamarca, resaltó que es la primera vez que se tiene un registro científico de la presencia de esta especie que garantiza la salud de los ecosistemas, pues “al ubicarse en la cima de la cadena alimenticia nos permite inferir sobre la presencia de diversas presas que sustentan un equilibrio ecosistémico necesario para proveer de bienes y servicios ambientales a las comunidades de la jurisdicción”.
Las poblaciones de jaguar se pueden encontrar desde el norte de México hasta el norte de Argentina, teniendo una distribución fragmentada en el territorio colombiano. Recorren grandes distancias en horarios nocturnos hasta horas de la madrugada. Se alimentan de al menos 96 posibles presas identificadas, controlando las poblaciones de herbívoros y otros depredadores que podrían cobrar la característica de plaga para cultivos y para los bosques, generando desequilibrios y por ende graves afectaciones en los ecosistemas. (Lea: Bogotá, la ciudad capital del mundo con mayor número de especies de aves)
La CAR resalta que el hallazgo pudo ser posible por el convenio entre esta entidad y ProCAT, que busca hacer seguimiento permanente de fauna silvestre en el territorio. Para esto, uno de los métodos más efectivos es el registro de especies a través de cámaras trampa, ya que se cuenta con 100 unidades para desarrollar dicho trabajo en la jurisdicción CAR.
La inversión ha sido de $260 millones en 2017, obteniendo la identificación de otras especies como yaguarundí (Herpailurus yagoarundi), puma (Puma concolor), oso andino (Tremarctos ornatus), paujiles (Crax alberti), entre muchas otras especies.
FUENTE: EL ESPECTADOR